Para hablar de la contemporánea generación debemos usar guantes de amianto y pinzas de depilar. Cuidado y atención. Cejas arriba y a no pestañar. Atención para no herir susceptibilidades. El cuidado merece la responsabilidad de todos, mayores, jóvenes y mayorcitos. Y aquí voy: tratando de entender por qué ellos, los inconscientes colectivos pierden el respeto de los que justamente se atrevieron a cruzar el umbral de la decadencia. Para los más, dejaron de ser copados. Ver un Charly gordo y alejado de las drogas hasta puede sonarles cursi. Otros artistas utilizaron su picardía y fingen ser otros. Sabina, por ejemplo, fuera de los excesos, luce cigarrillos electrónicos para no perder a sus fans. Sus cuerpos les piden una tregua, sus seguidores: la guerra.
Hay muchos otros casos. Pity Alvarez ya sucumbió ante sus costumbres y hoy está en recuperación. Ellos, sus seguidores, sí se apiadaron de su salud, pero adentro, muy adentro de ellos, dijeron "Y, 'El Pity' es así, lo tomás o lo dejás". Otros artistas, como Calamaro salieron a vender con su imagen un cambio. En los últimos recitales, Andrés se mostró de traje y corbata, dando un claro mensaje a los suyos. El caso de Ataque 77 es muy particular: su líder, Ciro Pertusi, nunca consumió drogas y es seguido por un público que mezcla adictos.
La realidad marca que la inspiración de un artista no tiene relación con la decadencia. Y, sin duda, el caso más destacable es el del símbolo máximo del rock nacional argentino: Charly García. Con su último disco demostró su vigencia, magnificó su estocada artística fuera de los excesos, cargando en sus espaldas lo que muchos de los pibes de hoy llaman cursilerías. Y si así tiene que ser, que así sea, rey... deberían saber por qué.
No sabía qué hacer. Corría para todos lados. Gritaba y me agarraba la cabeza ¡No puede ser! ¡Qué maldición la mía! ¿No entienden? Bueno, les explico: Yo estaba tranquilo en mi casa, buscando algo para hacer, mientras intentaba olvidar los números rojos que tengo atravesado en la garganta. Probé, entonces, con algo rutinario: Pc, Winamp, Sabina y Messenger, mate y cigarrillos. Los pibes de El Tablón conectados, pero ella también, el demonio, el mismísimo satanás que luego me llevaría al pecado. Marujita inició sesión con un nick que prometía: “Libertad, frenesí… eso es el amor para mí”. Dos “hola cómo estas”, el infaltable “qué onda”, tres zumbidos, un par de “qué hiciste anoche”, una pausa y ahí llegó el principio de mi peor pesadilla: “Por favor -escribió Marujita- firmame mi fotito en metroflog”. Histeriqueada va, histeriqueada viene, que no, que sí, que cómo es, que nunca le escribí a una foto… en fin, me convenció.
Entré a la dirección que me indicó y allí estaba, en ese raro mundillo de los flogger. Realmente era peor de lo que me esperaba. Encontré frases como “linda pic, te dejo mi firma” y, aún cuando no sé qué carajo será pic (me imagino que se refiere a la foto, por picture), me sorprendió más una que estaba enojada porque no había sido ella la primera en firmar: “Ohhhhhhh Pol!!!!! Me quitaste el primer puesto!!!!!!!!....”. Casi me olvido: todos agradecían por “pasarse”… “gracias x pasarte”, es la moda entre los flogger.
¡Qué loco! ¡¿Qué hago yo acá?! Me maldije varias veces antes de apretar Enter y firmar el metroflog de Marujita. Después, el arrepentiemiento. No sabía qué hacer. Corría para todos lados. Gritaba y me agarraba la cabeza. Hoy, dos noches después, pienso en ir a una psicóloga a tratarme, pues soñé que me convertía en un flogger (con peinado de dibujito japonés y todo). Ah, eso sí, a esta me la cobro… PREPARATE, MARUJITA!!!
Hoy quiero permitirme hacer una analogía. Tengo 27 años y considero que soy uno de los tantos que viví la rara experiencia de transitar una adolescencia, para luego convivir una juventud mirando crecer otra generación de adolescentes totalmente distinta a la mía. Y en esto tuvo mucho que ver la revolución informática. Pero, ¡basta de conceptos aislados! Mejor, vamos a los ejemplos. Muchos dicen que los adolescentes de hoy han perdido en comunicación. Yo no considero esta postura. Sí, entiendo, que ha cambiado la forma de interactuar el uno con el otro. Hoy se usa el chat, el blog, los foros, los mensajes de texto, etc. Antes, en mi época de “niño con granos” (como dice Joaquín Sabina), nos juntábamos con mis amigos, después del colegio, a tomarnos una gaseosa y charlar, y charlar, y charlar, hasta que se hacía de noche, hasta que nuestras madres se preocupaban y nos hacían entrar a casa. Por otro lado, en la actualidad está muy de moda el PlayStation 2 (o 3, quién sabe), en especial, sus juegos de fútbol. Nosotros, recuerdo con mucha nostalgia, jugábamos a la pelota en la calle, a la hora de la siesta, cuando no había tanto tránsito como hoy (cuando se acercaba un vehículo, el juego se detenía unos segundos), con los árboles como arcos, con pelotas de cuero descascaradas, con zapatillas viejas… con cualquier recurso… la pasábamos bárbaro. Y sin darnos cuenta, hacíamos un poco de deporte también. Además, los adolescentes de hoy se divierten mucho con los juegos de estrategia. En cambio, para los de nuestra generación era toda una aventura andar por los techos de la manzana, caminar por cornisas, por los remaches de las chapas. Sabíamos perfectamente cuál techo podíamos atravesar y cuál no. Conocíamos nuestros peligros. Estábamos al tanto de los vecinos que se molestaban. En fin, al igual que hoy se saben todos los trucos de su juego de estrategia, nosotros entendíamos a la perfección los nuestros. Los juegos de roles en la Pc, otro auge del momento, comparable con el entrañable Estanciero de nuestra época. Nosotros -recuerdo- terminábamos nuestra tarea y nos juntábamos en la casa de alguno de los chicos de la barra para concentrarnos en una partida de este atrapante juego de mesa. Así como en el de roles se guardan las partidas, nosotros dejábamos intactos los juegos de un día para el otro. Así como en el de roles se elige un personaje, nosotros teníamos nuestro animalito predeterminado (El mío era el perrito). Y así, y así, podríamos hacer de esta columna un libro entero de analogías entre aquella época de adolescentes y la actual. Con todo esto, y para ir finalizando, no quiero decir que antes, jugando al fútbol en la calle, al Estanciero, juntándonos a tomar una gaseosa o andando por los techos de las casas, nos divertíamos más o menos que ahora. Simplemente, quiero llegar a la conclusión del tremendo cambio generacional que se ha producido merced a la revolución informática. Seguramente, habrá que hacer un análisis más profundo e investigar mucho para saber si las consecuencias son positivas o negativas. Lo único en concreto que tengo para repetir es que hoy tengo 27 años, he vivido otra generación de adolescencia con menos tecnología y no me arrepiento… fui Feliz.
NOTA: El juego "Estanciero" viene a ser algo así como el Monopoly argentino.
Sobran ganas de escribir sobre canciones y la ocasión pide la palabra de sabineros y calamareros. Vamos a llamar la atención de los primeros. Hoy volví a escuchar Dieguitos y Mafaldas y me cago de risa en los que digan que es un tema comercial. Ese flaco hijo de su puta madre no pudo nunca escribir una canción tan perfectamente lograda, artística y emocional... "sublime sin interrupción", diría mi tío citando a Paco Umbral. Pero no es esa la canción a la que me quiero referir. No, es otra muy distinta: "Por el boulevard de los sueños rotos". Quiero decirles, muy sinceramente, que cuando escucho esta canción viajo a México en la primera estrofa. Me siento en el mejor bar de la noche más cálida del otoño pasado con un tequila servido en mi mesa y disfruto. Veo pasar artistas de la talla de José Alfredo Jiménez, Observo pintar a FRIDA y escucho la aguardentosa voz de ella, de la dama de poncho rojo y piel de trigre: la Gran Chavela, promiscua tentadora de los placeres y vencedora de la muerte. Suena Macorina y la Paloma negra de los excesos hace que los terremotos mexicanos pasen de largo en ese bendito -por todos los cielos- boulevard de los sueños rotos. Mientras tanto, me tomo otro tequila y FRIDA no besa tan bien a Diego Rivera como sí a la Vargas. Pero la duda sigue, dando vueltas como mi cabeza por dentro. El interrogante se hace tan grande como la resaca de mañana. ¿Existe el Edén? ¿Existe Dios? ¿Existe el Boulevard de los sueños rotos? No lo sé. Y lo mejor de todo es que no quiero saberlo tampoco. Quiero seguir tomando tequilas, escuchando Macorina y viendo a Chavela besarse con Frida, a Diego, a José Alfredo, seguir con los tequilas y volar. Delirar. No quiero saber si existe o existió ese boulevard. No, yo no quiero...
Calamareros Me pasa algo muy extraño con Andrés últimamente. Olvidado ya el post en donde lo critiqué, quiero hacer mención a algo que seguramente traerá algo de polémica. Pero no voy a callar. No quiero que lo tomen a mal, pero hago esta pregunta, no sin antes una breve introducción: un jugador de fútbol puede tener suerte, un apostador puede tener suerte, un empresario puede tener suerte, un cura puede tener suerte, un militar puede tener suerte, un ladrón puede tener suerte, una madre puede tener suerte, un ser humano puede tener suerte... y un artista ¿puede tener suerte? Pues bien, creo que Andrés Calamaro puede gozar de algo de suerte. Creo que Andrés compone canciones muy profundas y no las sabe dedicar. Voy a citar un ejemplo: La Libertad. El loco se la dedica a los reclusos e inclusive cita, dentro de la canción a los presos. Estoy seguro de que no sólo contempla a los que perdieron la libertad por estar en cana, pero mi tan respetado Andrés se olvida de personas que perdieron la Libertad de otra forma, como por ejemplo mi caso... voy a decirlo brevemente: hace un año perdí totalmente la razón y estoy en tratamiento desde entonces. Perdí la libertad y no por estar preso. Y, sin embargo, me siento totalmente identificado con esa canción. ¿Suerte del autor? ¿Capacidad del autor? O la libertad es única y el monstruo de Andrés sabe llegar tan lejos que abarca todo. Bueno, ya que estamos de crítica con Andrelo voy a aprovechar y sacarme las ganas de decir otras dos cositas. En el tema "El Cantante" él mismo se dice que está cantando sus mejores pregones, su mejor tema, un mejor tema que los otros anteriores... primero que es mentira y segundo NO PODES!!! un artista de verdad no hace eso, eso dejáselo a la gente, que la gente que te paga la entrada, que compra tus discos te repruebe o no tus temas, que la gente te admire o no tus temas. Además, en otra canción, das a entender que sos muy sensible a la belleza de las mujeres... eso dejámelo a mí, Andrés, pero ¿a un intelectual como vos?... jajaja No, todo bien, Andrelo, te admiro. Sos un grande. Saludos a todos.
Así como nadie es profeta en su tierra, con el mismo sentido de injusticia, los tucumanos ignoramos las brillantes carreras de muchos de nuestros artistas y profesionales. Así, por ejemplo, nunca se distinguió debidamente al escritor Tomás Eloy Martínez, quien recibió una innumerable cantidad de premios en el exterior: a la creación literaria de la Casa de América Latina en Portugal y el Alfaguara de Madrid, entre otros; tampoco se reconoció, como ameritan, los trabajos de uno de los mejores arquitectos del mundo: César Pelli, quien diseñó el Financial Center de Nueva York, el aeropuerto de Washington y las torres Petronas de Kuala Lumpur; mucho menos se recuerda la grandeza del Paz Martínez, cantante y compositor para artistas encumbrados, como Luis Miguel, Mijares, Ana Gabriel, Pandora y la mismísima Madonna (interpreta su tema “Verás”, en ingles: “You’ll See”); y ni siquiera he visto un monumento a la ilustre Mercedes Sosa, quien cosechó centenares de distinciones, en ellas, el Gran Premio CAMU-UNESCO, el Premio de la UNIFEM -organismo de las Naciones Unidas que la distinguió poco antes de su actuación en el Lincoln Center de New York-, Konex de Platino a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década, sin mencionar que la “Negra” llenó estadios en toda Europa, Estados Unidos, América Latina y Japón; mientras que en Buenos Aires hasta el bronco de “Mostaza” Merlo ya quedó inmortalizado.
Tampoco vamos a olvidar -al menos los nomraremos- a artistas como Atahualpa Yupanqui (nacido en Pergamino, Buenos Aires, pero tucumano por adopción), Lola Mora, Miguel Angel Estrella, Héctor Zaraspe, Víctor García y el filósofo Víctor Massuh.
De verdad, gente, que da pena buscar en internet los reconocimientos que recibieron estos tremendos próceres tucumanos. Con exageración, se llevaron una distinción del diario La Gaceta o una mención especial de la Legislatura... nada más. Da pena.
Ojalá estas palabras no queden huérfanas, como nacieron. Ojalá nunca sepa la verdad de tus estrofas. Ojalá se renueve la incertidumbre al escucharte. Ojalá no te crea cuando te escuche. Ojalá sea un desamor. Ojalá que no. Ojalá que caigan las pesadas cadenas de tus acordes sobre los villanos. Ojalá mañana fuera el 69. Ojalá muera con tu melodía. Ojalá sigas siendo misteriosa. Ojalá sigas siendo Ojalá.
Reconozco que siempre quise encontrarle un tinte político y hallar a Ojalá como una ofensiva para un dictador. Sin embargo, el bueno de Silvio Rodríguez se encargó de aclarar, en más de una oportunidad, que fue inspirada por un amor perdido que lamentó en su juventud. Aunque, también circula por la web una entrevista en donde el cubano asegura que la canción denuncia una traición que perfectamente puede cuadrarle al dictador Augusto Pinochet. Claro que la letra fue terminada por el trovador en 1969, es decir, cuatro años antes del golpe de estado que acomodó al represor en el poder de Chile. Mientras tanto, hay quienes afirman que se trata de una protesta sobre el régimen de Fidel Castro y hasta algunos sospechan que corresponde un reniego hacia el imperialismo norteamericano. En fin, aquí les presento dos interpretaciones de boca de Silvio:
Por un desamor Cuenta Silvio en su portal oficial: «Ojalá yo la compuse a una mujer que fue, podríamos decir, mi primer amor. Fue un amor que tuve cuando estuve en el ejército, haciendo mi servicio militar. La conocí cuando tenía 18 años, fue mi primer amor importante en el sentido de que fue el primer amor que me enseñó cosas. Era una muchacha mucho más evolucionada que yo, mucho más inteligente, más culta. Me enseñó, por ejemplo, a César Vallejo. Después nos tuvimos que separar, estaba estudiando medicina y en fin, no le cuadró. No sé por qué estudió medicina, cosa loca de ella, en realidad siempre fue de letras. Después estudió letras, se fue a su pueblo Camagüey, a estudiar eso y yo me quedé solo aquí en la La Habana, totalmente desolado. Pasaron los años y el recuerdo de aquel amor tan bonito, tan productivo, tan útil (ojo, no confundir con utilitario), enriquecedor, de aporte a uno... pues, estaba obsesionado yo con esa idea. Y porque fue un amor frustrado, tronchado por las circunstancias, por la vida, no fue una cosa que se agotara, pues se me quedó un poco como un fantasma y por eso compuse esta canción en un momento quizás de delirio, de arrebato, de sentimiento un poco desmesurado: ojalá esto, ojalá lo otro...»
Por una traición - Silvio aclaranos el misterio de Ojalá, esa canción que todo el mundo la ve casi que como quiere, aunque el sentir de casi todos es que la dedicas al General Augusto Pinochet; muchos otros piensan que es una canción que nos revela a Silvio en uno de sus más grandes despechos, (risas). -Silvio- (Risas) Sí, estoy de acuerdo con eso. La canción se presta a muchas distintas interpretaciones según cada quien; pero en lo que todos coincidimos es en el hecho de que denuncia “La Traición” y nos define ante esta última. En ese sentido, se adecua perfectamente a Pinochet pues este general juró lealtad al presidente Allende, mientras a sus espaldas maquinaba el de destruirle... Claro que también se dan casos de traición en la relación de una pareja, pero Ojalá denuncia una traición mucho más grave; mucho más dura. La traición en una pareja puede tener mil significados y mil respuestas. El caso de Pinochet es sólo traición; pero no la escribí específicamente para éste. Aún no se revelaba en toda su extensión como el Gran Traidor del Pueblo Chileno. La escribí sí, para ese modo muy peculiar de la traición...
El 5 de agosto de 1966, The Beatles lanzó a la venta su séptimo álbum: “Revolver”, que rápidamente logró ser número uno en la lista de ventas de Gran Bretaña y los Estados Unidos. Con una fuerte pronunciación psicodélica, Revolver es citado como uno de los mejores álbumes pop de la historia y un viaje delirante por el mundo de las drogas.
La pista más ligera de este álbum es la infantil "Yellow Submarine." Se dice que el título proviene de una observación que hizo Ringo durante un viaje de LSD.
Paul escribió esta canción una noche mientras estaba tendido en su cama, todos los demás estaban reunidos en el estudio 2 teniendo una pequeña fiesta animada por Mal Evans, quien con el tambor de bajos amarrado a su pecho giraba por todo el estudio gritando "We all live in a Yellow Submarine" y era seguido por los demás... (evidentemente, estaban todos re locos). Entre los "efectos especiales" de esta canción podemos oír a John haciendo burbujitas en un balde con agua, a Alf Bicknell sacudiendo una cadena en una tina y a Brian Jones (de The Rolling Stones) haciendo chocar vasos de cristal.
Cuando el tema salió a la luz, todos asumieron que estaba relacionado con las drogas, excepto Paul, quien señaló que lo único que relacionaba con submarino amarillo eran unos dulces azucarados que él había probado alguna vez en Grecia. Luego, la juventud comenzó a nombrar a las drogas duras como "Yellow Submarine".
En "She Said, She Said", Lennon, Harrison y Starr estaban bajo la influencia del LSD cuando la escribieron en la casa alquilada por los Beatles en Benedict Canyon en Beverly Hills, California, en Agosto de 1965. Fonda pasó por allí para ver a unos amigos suyos, miembros de The Byrds, y para conocer a The Beatles. Fonda le dijo a Harrison, "I know what it's like to be dead (Sé cómo es estar muerto)," porque de niño casi había muerto por la herida de un disparo que se hizo él mismo. Lennon le contestó: "Who put all that shit in your head? (¿Quién puso toda esa mierda en tu cabeza?)". Además, McCartney dijo que "Got To Get You Into My Life", que durante mucho tiempo se ha supuesto una canción de amor, era de hecho una oda a la marihuana.
En "I'm Only Sleeping," Harrison tocó las notas para la guitarra principal en el orden inverso, después invirtieron la cinta y la mezclaron. El sonido de la guitarra "en marcha atrás" daba un tono a la canción más durmiente, siniestro y melancólico. Esto, junto con la letra al revés usada en la canción "Rain" de los Beatles (grabado en las sesiones y lanzado por separado, como un simple) fue el primer caso de mensaje a la inversa, el cual Lennon descubrió después de estar cargando erróneamente una cinta de carrete a carrete hacia la inversa mientras estaba bajo los efectos de la marihuana.
Tanto fue el éxito que acaparó este disco que no tardó en llegar la oferta para llevar la historia a la pantalla grande. Fue en 1968, cuando el animador canadiense George Dunning y las productoras United Artist y King Features Syndicate hicieron una película. Esta vez, los reyes de Liverpool aparecen casi al final de la animación, aunque en situación de doblaje.
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