Cuerpo blanco, pureza de marfil.
Dame tu mano insolente antes de que calle el sol.
Prueba, si quieres, tus instintos celestiales y no podrás oír otra cosa más que esta melodía.
Disfruta mi semblante que acompaña tu sombra.
Dale vida a esa sonrisa imaginaria que la soledad te hizo inventar.
No olvides tus alas antes de despegar tan alto.
Devuélvele tu belleza infinita a la naturaleza, pues le pertenece tanto como a todos.
Recuerda que tu alma está en el aire; Puedo besarla, tocarla, acariciarla... pero nunca apresarla.
Roza tu pecho contra la seda blanca que envuelve tus sueños y verás que no es difícil ver mi luz.
Sácate el sombrero para contemplar tus blancos cabellos.
Ya no hay prisa, mas si ansiedad.
Hoy tengo sed de ti.