martes, 30 de junio de 2009

Allí, en la ciudad sin dios


No, lo que sentí no es dolor. Ni pena. Acaso busco el adjetivo, pero no encuentro más que metáforas concebidas de la boca ardiente de ese león. Llamaradas que danzan y ríen por la burla anaranjada que habita allí, en la ciudad sin dios. La gracia celestial se acabó hace mucho tiempo. O acaso nunca existió. Los ángeles polvorientos no se atreven a cruzar. Su temor, comprensible y viejo, tembloroso y nostálgico, aviva la hoguera de los ignorados. Los murmullos son agujas despiadadas que torturan, dejando su melodía, su grito tortuoso que aturde sigiloso, su aroma a adrenalina de piedad, su olor a humedad de lágrimas. Calma y tristeza. La felicidad de la ignorancia castiga más. Ojalá fuera bronca. O dolor. O pena. O un sueño. O una pesadilla. Ellos bailan y cantan para ahuyentar la fe. Ella, espantada, jura no volver cada vez que los ve o los escucha. ¿Acaso hay castigo más tremendo que sentir la risa de la ignorancia? Pensé que sería impotencia. Pero no, tampoco. Ni siquiera tinieblas. Mucho peor. Luz salada y brillante que sabe maldecir, que conoce cómo agotar hasta al más fuerte de los guerreros, que incendia la barba de los sabios, que contamina la risa de los niños. No quiero verte más, pero tampoco olvidarte. Porque olvidarte sería ignorarte. Porque temo demasiado ignorarte, me da miedo sentir tu desquiciada ironía. Todavía te toco, te siento, te huelo, te percibo como al demonio de las aves rojizas. Allí, a la ciudad sin dios, donde nunca llueven las razones ni habita la fe, volveré. Aunque no quiera, sé que volveré.

6 bigotazo/s:

el gordo dijo...

Que loco estas!!! Amigo, no es tan malo volver. Hay que volver para poder encontrar las cosas que a uno le hacen falta.

Disco Stu (Juan Rovira) dijo...

Loco y bohémico. Como vos. Como yo. Como todos (aunque no lo asuman)Sos groso, sabelo. Siempre.

Benja dijo...

Gordo: decía Antonio Machado, un poeta español, que Al andar se hace camino... y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Chichem: dicen que tú y yo estamos loco, Lúcas? Por las dudas, dígame licenciado. No hay de que-so, nomás de papa.

don carlao dijo...

muy bueno realmente. te felicito. myu bien escrito

Hipotálamo dijo...

Excelente, Benjamín. Porque Benja es el que se va por otras ciudades, el que encuentra la llave (o al menos la busca) para abrir puertas como las de esta ciudad, no tiene apodos ni modos de cariño. Ojalá esa cabeza de pasajes y rincones nos haga zapatear.

Alfred, carajo.

Saudo dijo...

Carlao: muchas gracias. Banco al lobo de tu último post, en tu blog. Gran cuento el tuyo. abrazo!!!

-Fuiste, sos y serás siempre Alfred, carajo!!!............Benja, carajo!!!

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